El júbilo del fútbol hispano y la resignación británica confluyeron en Los Nietos

CARTAGENADEHOY.com estuvo viviendo la final de la Eurocopa en una asociación de vecinos donde hay casi tantos ingleses como españoles en una tarde-noche en la que era imposible un final feliz para todos, pero en la que hubo mucho 'fair play' (juego limpio).



Nos dirigimos hacia Los Nietos, donde está una peculiar asociación de vecinos con unos quinientos socios, de los que algo más de doscientos son españoles y casi tantos son británicos. Avanzamos por la vía rápida de La Manga observando que en los carriles de salida de las poblaciones de playa hay una cola inmensa. Al parecer, se ha juntado los que han salido con el tiempo justo para llegar a casa para ver el partido con un accidente en el cruce de El Algar. Es evidente que muchos iban a vivir, al menos el primer tiempo, por la radio o el móvil.


Llegamos a Los Nietos cuando quedan veinte minutos para comenzar el esperado España-Inglaterra de la final de la Eurocopa de fútbol 2024. Hay más británicos que españoles, lo que no nos sorprende porque lo de la puntualidad no es un don ibérico. Cuando se acerca el inicio las fuerzas se equilibran y cuando el balón rueda empiezan algo más (no mucho) más los hispanos. Durante todo el encuentro siguen apuntándose aficionados, siendo bastante más de cien los que acaban ocupando todas las sillas, teniendo que conformarse otros en estar de pie.


Estamos en la plaza donde se encuentra 'La pescadería', el bar que hace las veces de local social de la Asociación de Vecinos de Los Nietos frente a un televisor de notable tamaño. "No hemos puesto la gran pantalla con proyector porque la señal sale de internet con retraso con respecto a la televisión y los aficionados de ambos bandos no quieren enterarse de lo que va a pasar con antelación", nos explica la presidenta, Nani Vergara, quien, como buena anfitriona, estuvo todo el partido en pie pendiente de numerosos detalles. En la misma plaza hay otros bares y terrazas con televisores.


Los Nietos se convierte para este partido en terreno neutral, como muestra que a ambos lados del televisor lucen las banderas de 'los del toro' y de 'trileones'.


Por cierto, dada la expectación que hay en torno al partido, Nani Vergara nos indica que pidieron al ayuntamiento que cambiase de fecha el teatro que estaba previsto para esta noche, a lo que accedió y se traslada al día 21.  


Suenan los himnos y los ingleses aplauden los dos, tanto el propio como el 'la la la la...' español, donde vemos a uno de los espectadores con escucharlo con la mano en el corazón.  


Y comienza el partido, pero el juego en el primer tiempo es bastante pobres en cuanto a ocasiones de gol. Los españoles aplauden las acciones de ataque de España, mientras que las palmas se les escucha a los ingleses también cuando hay buenas acciones defensivas. Eso si, todo con la mayor corrección. Unos, los españoles, muy educados. Otros, los ingleses, haciendo gala de la tradicional flema británica. El juego, como decimos, no invita a alterarla. Y encima, no hay ni jugadas polémicas.  


También parece que el miedo que muestran los dos equipos sobre el terreno de juego existe en sus aficiones. Miradas fijas y silencio en la mayoría, además de un británico que se muerde las uñas (literal). La tensión y la incertidumbre es evidente.  


Llega el intermedio y algunos aprovechan para fumar, pues nos llama la atención que, pese a estar todos al aire libre, son muy escasos los que fuman cigarrillos o recurren al vapeo. También ese tiempo es el que se producen las mayores peticiones de cena a base de buenas tapas o bocadillos.


En la segunda parte, surgen nuevos elementos pues enseguida llega el gol de Nico Williams. Explosión de jubilo de los españoles que se 'calientan' con las ocasiones de gol que llegan después, para recibir un 'jarro de agua fría' cuando se produce el empate, el cual es una inyección de ilusión para la 'grada inglesa'. Muchos ya piensan en prórroga y en penaltis, pero llega el tanto de Oyarzábal y vuelve a estallar el contingente hispano, que ya no se bajó de la euforia, con la salvedad del susto del empate que evitaron Unai Simón y Dani Olmo.


España ha ganado la Eurocopa y su afición disfruta, mientras que los británicos se lo toman con 'flema' y una resignación que ya les acompaña muchos años, pues desde 1966 no ganan un título. Su afición en tierras cartageneras no se asemeja a la violencia que muestran los telediarios. Se merecen ganar pronto un título. Eso sí, siempre que no se enfrenten a España.



PD. No sólo disfrutaron los españoles, pues los mosquitos se pusieron 'las botas' aprovechando la masiva presencia de personas en la calle.


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